La inocencia se refleja en la mirada de Marciano cuando habla de la magnífica obra en la que trabaja, un bajo eléctrico donde la madera ha sido tallada con paciencia y dedicación, mientras recuerda su niñez en Mendoza, Argentina donde aprendió a trabajar la madera.
Confiesa no haber pensado nunca en construir un instrumento musical, sin embargo en este momento, mientras hace un paréntesis en su carrera musical, se toma el tiempo para combinar dos de sus más grandes pasiones, la música y trabajar la madera, de las cuales surgirá un producto que le dará la satisfacción de tocar en sus próximos conciertos con un bajo elaborado por el mismo.
El trabajo de producción es de suma importancia para la elaboración de un disco, confesó Horacio Eduardo Cantero Hernández, vocalista de los Enanitos Verdes; cuando el proceso de grabación se vuelve complejo por la rutina de trabajo, ala experiencia del productor y su perspectiva ajena a los vicios de los artistas, permite mantener el equilibrio y lograr un buen producto.
Para Marciano, el haber trabajado con especialistas en la materia se ha visto reflejado en sus discos, “Nunca terminamos la idea, tenemos la idea incipiente y el productor se encarga de cerrar las ideas cuando hay dudas”.
Haber producido sus discos con Andrés Calamaro, Gustavo Borner y Pablo Guyot, ha sido una experiencia gratificante, pues han sido “esa persona en quien uno confía, que tiene el suficiente conocimiento para tomar las decisiones correctas”.
Antes de la entrevista pregunté como debía llamarlo, por su nombre de pila o su mote; el artista sonrió y aludió que sólo su madre lo llama Horacio y que escucharlo de alguien más le sonaba como cuando alguien se refiere a ti por tu segundo nombre, y tienes esa extraña sensación de que no es a ti a quien hablan.
Mientras bebe un macchiato en el café de siempre, el que frecuenta con su esposa, habla de sus canciones, de esas que se han convertido en las más importantes una vez grabadas, esas cuyos arreglos no deben cambiarse.
De donde ha mamadoLos Beatles fueron la influencia más fuerte y lo siguen siendo, la motivación por la música se debe a ellos, a través de sus letras y melodías pudo descubrir la razón por la que estaba aquí, su razón de vivir.
Cuando iniciaba en la música, había una corriente de rock muy fuerte en Argentina “tuve la fortuna de mamar de eso la verdad”.
El folklore argentino esta impregnado en sus composiciones, “tienen ese olor, ese sabor de argentina” que no se puede explicar fácilmente, “que te trae recuerdos”.
Crear una propuesta musical distinta, significa hacerla de manera sencilla pero inteligente, Marciano Cantero cree que es muy difícil hacer algo nuevo, que no se haya hecho, “lo que yo busco es hacer algo fresco, que cada canción sea un flash, como un helado de limón, no tanto que sea original y que no se parezca a nada, obviamente que si llega a ser un helado de limón es lo suficientemente original para ser una propuesta novedosa”.
El rock en represiónDurante los gobiernos de facto en Argentina la música sufría la represión, la salida de un concierto se convertía en un alboroto, los jóvenes terminaban en la comisaría y podían pasar cuatro o cinco horas ahí hasta que los policías decidieran liberarlos. Ir a un concierto de jazz no significaba problemas, era el rock el género que sufría la represión.
Los movimientos subterráneos comenzaron a surgir y la necesidad de compartir su música los llevó a presentarse en pubs y pequeños teatros de la provincia. Ellos, los enanitos verdes, eran etiquetados como punks, el cual era un movimiento musical que hacía sus pininos en Inglaterra y Nueva York.
Marciano recordó sus inicios en movimientos subterráneos, y que fue Police el grupo que le demostró a las bandas latinas que se podía hacer música increíble fácilmente.
Para Cantero, uno de los lugares donde se puede escuchar cosas creíbles es en el rock, “las bandas de rock contemporáneo están comprometidas con diferentes espectros de la sociedad, una parte que habla de las preocupaciones de la gente y otra abarca de la parte sentimental de la persona, el rock como movimiento, tiene cubiertas todas las partes del ser humano”.
De Mendoza a HermosilloEn el ámbito local tiene amistades con músicos de diversos géneros, que van desde la trova y el punk hasta el rock, pasando por la música clásica y el hip hop. A él le parece enriquecedor que haya tantas variantes musicales en nuestro estado y reconoció en todas esas expresiones un gran nivel de calidad.
Una de las bandas locales con la que le gustaría trabajar es Big Bang, un grupo de jóvenes con un ritmo muy particular, “están haciendo muy buenas canciones, algo interesante”.
El entrevistado hizo un símil entre su ciudad natal Mendoza, Argentina y Hermosillo, Sonora, donde radica con su familia desde hace cinco años: “Hay miles de coincidencias, parecidos alucinantes. En el sentido en que es un desierto, hay montañas cerca el mar en Mendoza pero hay que pasarlas para llegar al mar… el clima quizá es un poco más calido, la aridez que hay acá es casi igual a Mendoza. Es la onda que hay (aquí) de mi lugar lo que me hace recordar”.
Hace 15 años visitó Hermosillo y pensó que sería un buen lugar para vivir, jamás imagino que cinco años después lo haría.
“Me acuerdo de un programa de televisión de unos extraterrestres, decian la zona del platillo volador y uno de ellos dibujo una línea que pasa de Mendoza hasta Sonora, me acuerdo que se me quedó grabado, o sea que algo debe de haber”.
Por Fernanda Ivette González B. / Dossier Politico
Dia de publicación: 2008-06-04
(Comentario de discos, fichas técnicas, letras de canciones y más...)
