
foto:Claudia Alva
Más puntual, no pudo ser la chinita. 21:00 horas en punto. Gritos, Histeria. Sí, no se podía creer, esa diminuta figura de ojitos rasgados era Björk Guðmundsdóttir. Sí, Björk en Lima. No se podía creer, y el público se lo hizo saber con un recibimiento antológico. El Vértice del Museo de La Nación estaba repleto. La velada arrancó con Earth Intruders, canción emblemática de Volta.
Se dejaron oír canciones de toda la trayectoria de Björk, que se movía frenéticamente a todo lo largo de su escenario. Temas como Hunter (coreado a rabiar por el público), Bachelorette o I miss you movieron la emoción y el cuerpo de quienes cayeron en el embrujo de la artista. Desde la sensibilidad de Hyperballad hasta la agresividad de Army of me, la cantante redondeó un concierto minucioso e inteligente. Tras despedirse con un "muchas gracias", Björk regresó al escenario luego que el público coreara su nombre pidiendo su retorno. La islandesa cerró la noche con Pluto.

foto:Karen Zárate
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