domingo, 14 de septiembre de 2008

Enanitos Verdes en Casa




El grupo volvió a Mendoza para mostrar las canciones de “Pescado Original”, su más reciente producción, pero también hizo un paseo por su historia, ante un Auditorio Bustelo totalmente colmado.

COLABORACIÓN
por Walter Gazzo

Marciano Cantero (bajo y voz), Felipe Staiti (guitarra y voz) y Daniel Píccolo (batería) volvieron a subirse a un escenario mendocino. Desde luego, que tal acontecimiento fue celebrado por las dos mil personas que agotaron las localidades que se pusieron a la venta en el Auditorio Angel Bustelo y entre ellas había muchas caras conocidas, mucha familia y, por sobre todas las cosas, muchos padres con sus hijos, que los llevaron a compartir “su” música.

Nada de esto es extraño en show de Los Enanitos Verdes, porque tras 29 años de trayectoria es totalmente lógico que ya sean dos generaciones las que se paren frente al escenario para disfrutar de las canciones de los mendocinos.

En el show del viernes hubo de todo. Desde el arranque con una poderosa versión de “Amigos” hasta un final –algo extraño, por cierto- con “Noche cualquiera”, pasó de todo. Mucho canto popular para los éxitos de siempre (“Lamento boliviano”, “Por el resto”, “La muralla”, “Cordillera”, “Amores lejanos”, “Eterna soledad”, “Guitarra blanca”, “Te vi en un tren”, “Mi primer día sin ti”, entre otras) y atención –casi devocional- con los temas nuevos, donde “Mariposas” se llevó las palmas además de “A las tres” (una de las mejores canciones de grupo de los últimos años), “Sola” y “Qué hacemos”.

Lo que si es notable es la nueva formación de LEV y sus consecuencias directas en cuanto a la propuesta. Al partir Horacio “Chicho” Gómez (para ser director musical de Julieta Venegas) no hay más tecladista en el grupo. La decisión fue volver a las fuentes, es decir power trío. Pero se apostó a más con la inclusión de Juan Pablo Staiti como guitarrista de apoyo. Así, las canciones sonaron crudas, directas y por momentos esa potencia vibró en los pechos de los presentes, con destacadísimas participaciones de Felipe Staiti. Pero lo cierto es que la música de los Enanos siempre fue un pop rock muy apoyado en teclados y por eso ahora resulta extraño ese sonido, que sólo lo vivieron aquellos que siguen al grupo desde sus inicios, allá por 1979.

Sin destellos en la puesta escenográfica y apostando todo a lo musical, el recital se extendió durante dos horas, con tres bises aunque quedó un gustito amargo al final porque todos esperaban algunas de esas canciones “que todos saben” y no fue tan así.

Igualmente, la fiesta fue total, con baile incluido, y un deseo latente: ver a Los Enanitos Verdes mucho más seguido por casa.

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